Prescripción de deudas: qué es, plazos, cómo solicitarla y alternativas legales

Joven preocupado revisando un documento de deuda en una cafetería - prescripción de deudas y plazos legales.
Última actualización: 19/09/2025Escrito y revisado por: Emilio J. Sánchez

La prescripción de deudas es una de las mayores preocupaciones para quienes arrastran sobrecarga financiera. Conocer sus plazos es fundamental, pero esperar no siempre es la mejor estrategia. El mecanismo de Segunda Oportunidad a través de la Ley 25/2015 puede ser la solución.

En este artículo te explicamos que es una prescripción de una deuda, cuáles son los plazos de prescripción de deudas según cada tipo de obligación y qué otras alternativas legales tienes para superar el sobreendeudamiento.

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¿Qué es la prescripción de deudas?

La prescripción de deudas en España es el plazo legal tras el cual un acreedor ya no puede reclamar el pago de una obligación pendiente según el artículo 1964.2 del Código Civil.

Este periodo depende del tipo de deuda: en la mayoría de casos de obligaciones personales y comerciales el plazo es de 5 años, frente a los 4 años que aplica a deudas con Hacienda o las deudas con la Seguridad Social (TGSS), o el año que corresponde a obligaciones laborales y de responsabilidad civil.

⚠️ Es importante tener en cuenta que la prescripción de deudas puede interrumpirse si el acreedor inicia un procedimiento judicial o extrajudicial para reclamar la obligación de pago, lo que reinicia el cómputo del plazo.

Los plazos de prescripción de deudas van desde 1 año a 20 años según el tipo de obligación financiera. Es fundamental conocer dichos plazos, ya que una vez superado el tiempo estipulado, el acreedor pierde el derecho a reclamar la deuda judicialmente.

Cómo se interrumpe la prescripcion de una deuda

En España, se puede interrumpir la prescripción de una deuda cuando la reclama formalmente el acreedor o cuando el deudor la reconoce.

Cada vez que el acreedor inicia una reclamación formal, el plazo de prescripción de una deuda se interrumpe. Esto puede suceder mediante el envío de una carta, un burofax, un requerimiento notarial o incluso a través de una demanda judicial. En ese momento, aunque ya haya transcurrido parte del tiempo legal, el contador se reinicia y el acreedor vuelve a disponer del plazo íntegro para exigir el pago de la obligación.

La prescripción de la deuda también se interrumpe si el propio deudor reconoce la existencia de la obligación de pago, ya sea de manera expresa o tácita. Este reconocimiento puede darse en una conversación con el banco, en un correo electrónico, en una llamada telefónica o al negociar un aplazamiento o fraccionamiento. En cualquiera de estos casos, admitir que la deuda existe reinicia automáticamente el cómputo del plazo de prescripción de deudas.

Cómo solicitar la prescripción de una deuda: 4 pasos

Para solicitar la prescripción de una deuda en España es necesario comprobar el tipo de obligación y su plazo legal, verificar que dicho plazo no se haya interrumpido y alegar la prescripción ante el acreedor o, en su caso, ante un juez.

Como ya hemos visto, no todas las obligaciones financieras prescriben y los plazos son distintos según el caso. A modo de resumen, debes saber que la mayoría de la prescripción de deudas bancarias o personales prescriben a los 5 años, mientras que las obligaciones con Administraciones Públicas prescriben a los 4 años.

Si tienes dudas de cómo pedir la prescripción de una deuda, el segundo paso fundamental es comprobar que el plazo no se haya interrumpido. Esto significa que durante ese tiempo no debe haberse producido ningún reconocimiento de la obligación. Del mismo modo, el acreedor no debe haber ejercido ninguna reclamación judicial ni extrajudicial dentro del plazo de prescripción de una deuda, ya que cualquiera de estas acciones reiniciaría el cómputo del plazo y retrasaría la posibilidad de alegar la prescripción.

Se puede alegar prescripción de deuda por dos vías: la judicial y la vía extrajudicial.

En el caso de las obligaciones con entidades públicas, se puede solicitar la declaración de prescripción mediante un procedimiento administrativo. Si ya tienes una resolución judicial que reconoce la prescripción de deuda y aún apareces en ficheros de morosidad como ASNEF o Badexcug, podrás exigir tu eliminación aportando dicha resolución. 

Consecuencias legales de la prescripción de deudas

Cuando una obligación de pago caduca, el acreedor pierde el derecho a reclamarla judicialmente, el deudor queda liberado de la obligación legal de pago y solo podrá beneficiarse de este efecto si alega expresamente la prescripción. Es decir, la deuda sigue existiendo, pero ya no puede exigirse por la vía legal.

Para entenderlo mejor, estas son las consecuencias más relevantes de la prescripción de deudas:

Mujer revisando documentos para alegar prescripción de deuda en España con ayuda legal.

Alternativas a la prescripción de deudas: la Ley 25/2015

Existen varias alternativas a la prescripción de deudas como la negociación extrajudicial con los acreedores y el mecanismo de la Segunda Oportunidad.

Confiar únicamente en la prescripción de deudas suele ser una estrategia arriesgada, porque no ataja el problema del sobreendeudamiento de raíz. Veamos en detalle estas alternativas:

  • Negociación extrajudicial con los acreedores: en algunos casos es posible pactar reducciones, quitas o fraccionamientos de la deuda sin necesidad de acudir a un procedimiento judicial.

  • Ley 25/2015 (conocida como Ley de Segunda Oportunidad): un mecanismo legal pensado para quienes no pueden afrontar sus deudas pese a sus esfuerzos, que permite exonerar parcial o totalmente dichas obligaciones pendientes y empezar de nuevo sin esa carga financiera.

Si tu objetivo es liberarte de las obligaciones de pago de manera definitiva, la Ley 25/2015 es la herramienta más eficaz. A diferencia de la prescripción de deudas, que depende del paso del tiempo y de que no se interrumpa el plazo, esta ley ofrece una vía clara, regulada y rápida para eliminar obligaciones y recuperar la estabilidad económica.

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Preguntas frecuentes sobre la prescripción de deudas

No existe un límite en el número de veces que se puede interrumpir la prescripción de una deuda en España. Cada vez que el acreedor presenta una reclamación formal (ya sea judicial o extrajudicial) o cuando el deudor reconoce la deuda, el plazo de prescripción se reinicia desde cero. Esto significa que el acreedor puede interrumpir el cómputo tantas veces como realice estas acciones, prolongando de manera indefinida la posibilidad de reclamar el pago.

Las deudas que prescriben más rápido suelen ser las de servicios o suministros, como el agua, gas o electricidad, que en muchos casos prescriben en un plazo de 3 años.

No obstante, este plazo puede variar según la legislación de cada país.

Los acuerdos de pago o la renegociación de una deuda pueden interrumpir el plazo de prescripción. Cuando se llega a un acuerdo con el acreedor, el plazo se reinicia, lo que significa que si se renegocia o se efectúa un pago parcial, se vuelve a contar desde cero el tiempo para que la deuda prescriba.

Si una deuda ha sido judicialmente reclamada antes de que prescriba, el plazo de prescripción de una deuda se interrumpe. Esto implica que el plazo de prescripción deja de contar mientras dure el proceso judicial, lo que prolonga el tiempo en el que el acreedor puede exigir el pago.

Una vez que la deuda ha prescrito, el acreedor no puede reclamarla judicialmente. Sin embargo, es posible que intente hacerlo de manera extrajudicial, aunque el deudor no está obligado a pagar una deuda prescrita si se opone legalmente a ello.

La prescripción de deudas no siempre elimina su impacto en tu historial crediticio. En algunos países como España, las obligaciones prescritas pueden seguir apareciendo en informes de crédito durante varios años, afectando tu capacidad para solicitar nuevos préstamos.

Sobre el autor:
Emilio Jesús Sánchez Pintado, socio y abogado responsable del departamento de Ley de Segunda Oportunidad y complemento de paternidad para jubilados en Asoban Abogados
Emilio J. Sánchez
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