El concurso de acreedores es una decisión crítica para cualquier empresario que enfrenta dificultades financieras.
Hay situaciones en las que es posible solicitar un concurso de acreedores voluntario, no siendo obligatorio, y otras en las que un empresario no puede decidir voluntariamente, puesto que la ley le obliga a declararlo.
En este sentido, a muchos empresarios, e incluso a personas físicas, les surge la duda sobre qué decisión tomar: saber si se enfrentan a un concurso de acreedores voluntario o cuándo es conveniente tomar acción para no caer en responsabilidades penales.
Si no sabes qué decisión tomar, en este artículo te ayudaremos a despejar tus dudas y trataremos de guiarte en el proceso.
Índice del artículo
Toggle¿Qué es el concurso de acreedores?
Lo primero de todo es saber qué es un concurso de acreedores.
El concurso de acreedores es un procedimiento judicial diseñado para resolver situaciones de insolvencia. ¿Su objetivo? Garantizar que los activos de una empresa se distribuyan de manera equitativa entre sus acreedores.
Existen dos tipos de concursos: el voluntario, solicitado por el propio deudor, y el necesario, instado por los acreedores cuando el deudor no toma la iniciativa.
¿Cuándo es obligatorio el concurso de acreedores?
Un empresario está obligado a solicitar el concurso de acreedores cuando se encuentra en una situación de insolvencia inminente.
La Ley Concursal establece un plazo de dos meses desde que se conoce esta situación para presentar la solicitud de concurso, tal y cómo viene especificado en el artículo 5 bis de la Ley 22/2003, de 9 de julio, titulado “Comunicación de la apertura de negociaciones y solicitud de preconcurso” y dice lo siguiente:
«1. El deudor deberá solicitar la declaración de concurso dentro de los dos meses siguientes a la fecha en que hubiera conocido o debido conocer su estado de insolvencia.»
Por lo tanto, no declarar el concurso de acreedores puede acarrear graves consecuencias, incluyendo la responsabilidad personal de los administradores por las deudas de la empresa.
El concurso de acreedores voluntario
El concurso de acreedores voluntario es el que se inicia a solicitud del propio deudor.
Este tipo de concurso permite al empresario tener un mayor control sobre el proceso y buscar soluciones más favorables para la reestructuración de la deuda.
Es una herramienta útil para anticiparse a la insolvencia y negociar con los acreedores desde una posición más ventajosa.
Ventajas del concurso de acreedores voluntario
El concurso de acreedores voluntario ofrece varias ventajas en relación con la supervivencia y reestructuración de una empresa que se encuentra en dificultades económicas.
A continuación, vamos a conocer las principales ventajas de declarar un concurso de acreedores voluntario:
- Control del proceso: Al ser el propio deudor quien solicita el concurso, puede planificar mejor la estrategia para salir de la insolvencia. Por ejemplo, en una empresa de manufactura se puede solicitar el concurso de acreedores voluntario y, con el control del proceso, se puede decidir reestructurar sus líneas de producción para reducir costes y mejorar su eficiencia operativa.
- Negociación con acreedores: Se puede intentar alcanzar acuerdos con los acreedores antes de que la situación empeore, ya que, si la empresa cae en insolvencia, puede proponer a sus proveedores un plan de pagos escalonado, asegurando así la continuidad de suministro si procede y el apoyo de sus acreedores mientras se reestructura financieramente.
- Protección ante embargos: Se suspenden las ejecuciones de embargos, permitiendo al empresario gestionar sus activos de manera ordenada, de manera que si, una empresa ha acumulado deudas fiscales, puede beneficiarse del concurso de acreedores voluntario, evitando embargos sobre su equipamiento esencial, lo que le va a permitir seguir operando y generando ingresos mientras negocia un plan de pagos con los organismos fiscales.
¿Cuándo tengo que declarar el concurso de acreedores necesario?
El concurso de acreedores necesario es aquel que es solicitado por uno o más acreedores cuando el deudor no cumple con sus obligaciones.
Este tipo de concurso se presenta generalmente cuando los acreedores perciben que la empresa no tiene la capacidad de pagar sus deudas y buscan asegurarse de que se distribuirán los activos de manera justa.
Declarar el concurso de acreedores necesario implica las siguientes consecuencias:
- Intervención judicial: El proceso es dirigido por un administrador concursal nombrado por el juez, lo que reduce el control del empresario sobre la situación.
- Responsabilidad personal: Si se demuestra que hubo negligencia o dolo por parte de los administradores, estos podrían responder con su patrimonio personal.
- Daño reputacional: Un concurso necesario puede afectar gravemente la imagen de la empresa y sus relaciones comerciales.
Entonces, ¿cómo saber si tengo que hacer un concurso de acreedores voluntario o necesario?
La decisión entre optar por un concurso de acreedores voluntario o esperar a un concurso necesario depende de la situación financiera de la empresa y de la estrategia que el empresario quiera seguir.
No obstante, debemos tener en cuenta tres cuestiones.
1. Evaluación de la situación financiera
Analiza detalladamente los activos y pasivos de la empresa. Si es posible pagar las deudas o renegociarlas, un concurso voluntario puede ser la mejor opción.
2. Asesoramiento legal
Consultar con expertos en derecho concursal que puedan proporcionar una visión clara y objetiva sobre las mejores opciones disponibles.
3. Impacto del concurso de acreedores en los trabajadores
Considera el efecto que el concurso tendrá en los empleados. En un concurso de acreedores voluntario, la empresa puede seguir operando y mantener los empleos mientras se reestructura.
Durante el concurso de acreedores, los trabajadores tienen derecho a recibir sus salarios. Si la empresa continúa operando, los contratos laborales se mantienen. En caso de liquidación, los trabajadores pueden acceder a prestaciones del Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) y al desempleo.
Las fases del concurso de acreedores
El proceso de concurso de acreedores se divide en varias fases que son esenciales para garantizar la transparencia y una distribución justa de los activos de una empresa en insolvencia.
1. Determinación de activos y pasivos
Esta fase inicial consiste en la elaboración de un inventario detallado de todos los bienes, derechos y obligaciones de la empresa. Se realiza un balance preciso que incluye:
- La valoración de los activos (como inmuebles, maquinaria, inventarios y cuentas por cobrar)
- La lista de pasivos (deudas con bancos, proveedores, empleados, y otras obligaciones).
La finalidad es obtener una imagen clara de la situación financiera de la empresa para decidir los pasos siguientes.
2. Liquidación de activos
En esta fase, se procede a la venta de los activos de la empresa para pagar a los acreedores hasta donde sea posible.
El objetivo es maximizar el valor de los activos vendidos para cubrir la mayor cantidad de deuda posible.
La liquidación puede realizarse a través de ventas directas, subastas públicas o mediante la transferencia de activos a los acreedores.
3. Calificación del concurso
Esta fase determina si la insolvencia fue consecuencia de una gestión negligente o fraudulenta por parte de los administradores de la empresa.
El juez evaluará las acciones de los administradores durante el periodo previo a la insolvencia. Si se determina que hubo dolo o negligencia grave, el concurso se calificará como culpable, y los administradores podrían ser considerados responsables personalmente de las deudas. En cambio, si se declara fortuito, se exonerará a los administradores de responsabilidad personal.
4. Convenio o liquidación
Dependiendo de los resultados de la fase de determinación de activos y pasivos y de la voluntad de los acreedores, el concurso puede derivar en dos caminos: el convenio o la liquidación.
En el convenio, se negocia un acuerdo entre la empresa y los acreedores para reestructurar la deuda y permitir la continuidad de la actividad empresarial. En caso de liquidación, se venden todos los activos y se disuelve la empresa.
5. Supervisión judicial y del administrador concursal
Durante todo el proceso, un juez y un administrador concursal supervisan el cumplimiento de los procedimientos y la transparencia en las operaciones. De esta forma, el administrador concursal actuará como intermediario entre la empresa y los acreedores, asegurando que los intereses de todas las partes se tengan en cuenta de la forma adecuada.
¿Dónde puedo ver el registro y listado de concursos de acreedores?
Todos los concursos de acreedores deben ser registrados y publicados en un listado oficial, conocido como el Registro Público Concursal.
Este registro permite a cualquier interesado, incluyendo trabajadores y acreedores, estar al tanto de la evolución del procedimiento y garantizar la transparencia del proceso.
Se puede acceder a través del siguiente enlace.
Vídeo de Jesús Zapatero, experto en derecho concursal
Para una comprensión más detallada sobre el concurso de acreedores y sus fases, te invitamos a ver el siguiente vídeo en donde te explicamos todo lo que necesitas saber sobre este procedimiento.
Abogado especialista en concurso de acreedores
Decidir entre un concurso de acreedores voluntario o necesario es una decisión vital para un empresario que debe tomarse con conocimiento y asesoramiento adecuado. Un concurso voluntario puede ofrecer más control y mejores oportunidades de negociación, mientras que un concurso necesario puede ser inevitable si los acreedores toman la iniciativa.
Además, es esencial documentar todas estas fases adecuadamente para garantizar un proceso justo, ya que el concurso de acreedores no solo busca solucionar la insolvencia en el momento de producirse, sino también proporcionar una segunda oportunidad a las empresas para reorganizarse y continuar operando cuando sea posible.
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Consulta la Ley Concursal en el BOE.